El cielo se ha vuelto violeta de ojeras
y las aceras albergan soledad y heces fecales.
Tengo el estómago en un puño y el corazón revuelto,
tengo los pelos de los dedos abrasados de tocarme
y la mirada perdida de mirarme,
como muere quien nace deprisa,
sobre el lomo de un sauce,
voy naciendo deprisa, lentamente.
y se detiene el cielo va muriendo.
El cielo pretende vomitar su bilis caducada,
lo que muchos llaman lluvia,
y me bebo el batido de las lágrimas de mis propias nubes,
que orinaré en mi océano y se evaporarán el mes que viene,
y voy viviendo lentamente,
como deslizándome en un tobogán que sube
y me fumo los pelos de los dedos
que quieren enredarse en mi garganta,
Tengo las manos manchadas de tinta
psicokiller de bolígrafos,
Pero no se nace para vivir,
se trata de vivir muriendo,
pero no se muere nunca ni se nace,
sólo existe el instante en que se vive
Soy una tortuga que camina aparentemente.